onsdag den 26. november 2014

Eligiendo zapatos que no hagan daño.

Hoy en día el estilo influye en la manera en que escogemos nuestra ropa. Es aceptable, pero solo si la salud queda sobre la moda.En el caso del zapato, debemos hacer hincapié en la comodidad, además de al estilo.
Elige preferentemente materiales naturales como piel, tela… ya que transpiran mejor evitando sudor y calor. Es más, la amortiguación de este tipo de zapatos es menor y por culpa del calor, es posible que hagan presencia bacterias y hongos que provocan mal olor.
A largo plazo la humedad puede ser un problema serio de salud, por ello siempre hay que huir del calzado que no facilite la transpiración.

La anchura del zapato


Hay que observar la anchura del calzado. El tener los pies oprimidos por culpa de unos zapatos estrechos no solo no es cómodo, si no también pernicioso para la salud.Este tipo de zapato es la razón de gran parte de los callos y las durezas.
Los tacones muy altos (más de 4 cm) no son buenos para la salud. Superada esta medida ya se da el riesgo de sufrir males de rodilla y/o lumbares. A menos que hablemos de una ocasión especial, lo ideal es no usar este tipo de calzado.
Sobre todo si vas a caminar en exceso o estar muchas horas de pie, elige un calzado anatómico y fisiológico, ayudará a minimizar el cansancio de los músculos de las extremidades inferiores.Cuando vayas a comprar calzado para andar o permanecer de pie, elígelo que sea adaptado a tal actividad, para evitar problemas musculares. Atención! No es lo mismo caminar mucho que permanecer de pie inmóviles, cada actividad tiene un calzado distinto.
En relación a estos consejos, no solo lograrás tener unos pies sanos y bonitos, sino que además lo agradecerán tus piernas y tu espalda.

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